La vida son momentos bajos, medios, altos, y dependerá de cómo interpretamos cada uno. Mi mirada interior, hará la diferencia.
Como este preludio que ha requerido de plasmar emociones sobre todo, viviendo desde ese estado de paz, de conciencia del que habita dentro: Dios, la sublimidad, de quien nos da la fuerza, el ímpetu, hasta el último respiro en esta vida, que no es sino una estación en la que podemos aprender y crecer en el Amor Verdadero.
Siempre unidas a tanto dolor de tantos seres vivos que respiran y no tienen cuidado, cariño, alimento. ¡Deja que el Amor de Dios te transforme!
Gracias Abba por la vida que aún nos prestas para ser luz, ser sal, ser paz, ser AMOR INCONDICIONAL.